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Por dentro del minminas de irene vélez, la primera en ir a una moción de censura

Por dentro del MinMinas de Irene Vélez, la primera en ir a una moción de censura

Hoy comienza en la Cámara de Representantes el primer debate de moción de censura de la era Petro. Recae sobre la Ministra de Minas y Energía, Irene Vélez. A los partidos que promueven la moción, que son el Centro Democrático y Cambio Radical, no les alcanzarán los votos para que ésta prospere.

En el Congreso, los representantes de los partidos de la coalición petrista han dicho que la respaldarán en la moción de censura. El senador Roy Barreras dijo que lo hará, pero por la estabilidad del Gobierno: “Independiente de las opiniones, ningún Gobierno que le garantice la solidez suficiente al país para gobernar bien puede permitirse que en los primeros tres meses le censuren una ministra”, afirmó.

Pero dentro del gobierno, y de su propio ministerio, Vélez enfrenta en silencio aguas quizás más peligrosas. La ministra más polémica del inicio de la era Petro ha generado tensiones con otros ministerios y ha tenido dificultad para armar un circuito estable de asesores y funcionarios en el ministerio, una de las carteras con un portafolio más técnico del Estado. En cambio, su círculo cercano se ha ido creando con perfiles académicos y activistas como ella.
La ministra Vélez llegó al gabinete como una de las últimas cartas que destapó el presidente Petro. Su hoja de vida llegó al presidente vía su papá, Hildebrando Vélez, un activista ambiental de izquierda que Petro conocía hace años.

Rápidamente se volvió en el centro de los ataques de la oposición y de gremios empresariales. A las dudas por su perfil de académica y activista ambiental en un sector tan complejo y poderoso como el de los hidrocarburos, se siguieron sus salidas en falso que confirmaron a muchos en la creencia de que le faltaba experiencia para manejar esa cartera.

La filósofa de 40 años debutaba en el sector público en un ministerio. Confundió billones de pesos con miles de billones. Afirmó que había "reservas de gasolina", como si el combustible saliera refinado del suelo. Habló de la teoría económica del decrecimiento en un congreso minero y fue tajante en la posición, ahora bajo revisión, de que no se haría mas exploración de crudo.

Dos meses después de comenzar su gestión en ese ministerio, esa percepción de inseguridad hacia afuera tiene otra cara por dentro, que muestra algunos titubeos en la contratación de los altos mandos del ministerio.

Por ejemplo, aunque en octubre se había anunciado que Carlos Alberto Vargas sería el nuevo Viceministro de Minas -que venía de ser experto en temas de geología y subsuelo-, luego Vélez reversó la decisión. Vargas había estado en la comisión de expertos sobre fracking y por eso echaron para atrás su nombramiento. Lo reemplazaron por Giovanni Franco Sepúlveda, que viene de ser profesor y director de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional.

Un caso semejante pasó con el nombramiento de la dirección de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). En septiembre se había especulado que el director iba a ser Juan Hernán Ortiz, una ficha del partido liberal, pero luego designaron a Clara Liliana Guatame como presidenta de la ANH. Guatame es cercana a la fundación Censat-Agua Viva, que ha defendido la bandera antifracking y de la transición energética.

Sobre la otra cabeza en el Viceministerio de Energía, que ocupa Belizza Janet Ruiz, una ingeniería eléctrica con doctorado en la Universidad Autónoma de México, la oposición cuestionó que su nombramiento no tuvo ningún proceso de selección y que fue anunciado sin que se publicara su hoja de vida.

La contratación de Ruiz, y la de varios otros asesores y funcionarios que contrató Vélez, se hizo por influencia del papá de la ministra, según una fuente del ministerio que pidió reserva de su nombre por temor a perder su trabajo.

Sobre Belizza, una fuente del petrismo que la conoce, dice: “el tema político se nota que no lo manejaba absolutamente para nada. Ella reconoce que apenas está aprendiendo de todo el tema del Congreso. Tiene bastante inexperiencia. Es 100 por ciento académica”, dice. Y un funcionario del ministerio que nos pidió reserva de su nombre dice que su relación con la Ministra Vélez no es la mejor: “La ministra la sacó del llavero y no la tiene en cuenta para nada porque la vice le ha puesto el freno en temas tarifarios y de nuevos contratos”.

Pero más allá de los viceministerios, hay una percepción de un cambio más grande en el círculo de asesores técnicos que informan la tarea del ministerio. Un funcionario de alto nivel que trabaja en esa cartera, cuenta que se han perdido talentos técnicos que venían de trabajar durante años.

“Prácticamente todo el equipo asesor que venía de antes salió. Esas son perfectamente 30 0 40 personas. En su lugar ha llegado gente que no tiene tanta experiencia en el sector. Llegaron perfiles con formación doctoral, pero poca capacidad de ejecución de proyectos, lo que le baja el ritmo de trabajo a la institución. Salieron, por ejemplo, los líderes de los temas de geotermia, hidrógeno y de energías renovables”, dice.

Esta pérdida de capacidades técnicas la ve reflejada en decisiones como la idea de construir una línea de transición energética, sin tener en cuenta que ya en el gobierno anterior se había diseñado un CONPES de transición energética. “Hacer eso va a tomar 6 meses, por qué no construir sobre lo que ya existía”, dice.

Pero también cree que algunos de esos roles técnicos en el ministerio han llegado a ser ocupados por fichas con un perfil más político, más cercano a la visión de Vélez sobre el rol de los hidrocarburos como obstáculos en la transición energética.

“Si alguien ocupa ahora una posición grande es porque tiene un padrino o porque alguien lo recomendó desde el Pacto. Y como la ministra cambió muchos de los asesores por gente afín a su visión, el problema es que se han creado cámaras de eco que le dicen que todo está bien y que le confirman sus sesgos, y eso es complejo en un sector tan poderoso y diverso como el de los hidrocarburos”; dice.

Esta es una lectura que comparte otro funcionario de alto nivel que estuvo en el ministerio, pero que salió con la llegada de Vélez. “Se hizo pasar como una no política, que privilegia perfiles académicos, pero realmente es la más política en el tipo de personas con las que se rodea y que son las que le siguen la misma línea política”, dice.

Por ejemplo, al círculo cercano de Vélez llegó un joven abogado llamado Stiven Ospina. El activista de Siloé, Cali, fue líder de la primera línea durante el Paro, cuando conoció a Vélez y a su papá, ambos profesores de la Universidad del Valle.

A esto se suman críticas de la oposición que llevarán al debate de moción de censura hoy, según las cuales se cambió el manual de funciones del ministerio para poder meter más perfiles de filósofos en cargos gerenciales, aunque una persona que ha seguido de cerca los cambios de ese documento, dice que este tipo de modificaciones no son extrañas: “los cambios en los manuales de funciones se hacen todo el tiempo. En los últimos 5 años han habido muchos cambios en el del ministerio, así que esa es una crítica injustificada porque otros también lo han hecho”, dice.

Sobre su gerencia, un experto que lo conoce muy bien por dentro, pero que nos pidió reserva pues lo asesora, contó que percibe que la ministra Vélez no se mete en todos los temas de la cartera, y que prefiere enfocarse en lo que tiene que ver con lo social:

“Se ha metido en los temas de participación social, y eso le ha ayudado a resolver algunos problemas como la protesta de los mineros en Antioquia, pero el lío con eso es que si bien la participación le resuelve algunos problemas, no es una medicina para todos los males, algunos de los cuales son claves para el sector como los problemas tarifarios o realmente cómo hacer los proyectos que garantizarían avanzar en la transición energética”, dice, una percepción que otros comparten y que contamos en esta nota.

Si la llegada de Vélez provocó cambios en los cargos técnicos del ministerio, otro frente donde ha generado tensiones es entre el mismo gabinete del presidente Petro. Una fuente del gobierno dice que ella es una persona muy aplicada, que hace caso y que ha cumplido a cabalidad los lineamientos que le ha dado el presidente, y que él le guarda respeto:

“Petro le tiene respeto, no se puede hablar de un cariño. Él hasta ahora la conoce, nunca la había visto ni trabajado con ella hasta que se la sugirió Hildebrando”, dice.

Pero su relación con otros ministerios, en particular el de Hacienda, ha sido menos cordial. Un asesor del Ministerio de Hacienda cuenta esa percepción de las salidas en falso de la ministra. “Si Petro debería desautorizar a alguien es a Irene Vélez. Uno se da cuenta que ahí tiene la razón ministro Ocampo. Los capitales que han llegado al país es por la tranquilidad que les da Ocampo. los mercados quieren a Ocampo un año, si dura menos hay crisis”, dice.

Las diferencias de criterio entre los ministerios no se limitan a cómo responden a la transición energética. Un funcionario del Ministerio de Minas que nos pidió reserva dijo que desde su cartera no han cambiado a los miembros de ninguna de las empresas del sector mineroenergético donde pueden sugerir perfiles (como en Gensa, Emsa, ElectroHuila o Electrocaquetá) porque MinHacienda no les ha aceptado sus opciones. “En ningún caso Hacienda ha aceptado: el ministro Ocampo firma esos nombramientos y la respuesta es que no han estado de acuerdo con el perfil de las personas que les proponen”, dice.

Las fuentes consultadas también coinciden en que la relación con el Pacto Histórico ha sido de sospechas iniciales, aunque dicen que Vélez ha estado haciendo cambios para mejorar su relación con el partido. Una persona cercana al Pacto da cuenta de esos ajustes:

“Hace 15 días, si me preguntabas, te decía que tenía mala relación con el Pacto. Pero eso ha cambiado. Ella lo que hizo fue cambiar a todo su equipo cercano, contrató un enlace del Congreso que se llama Andrea Verdugo, que tiene mucha experiencia. Y contrató como asesora a Alejandra Gómez, que trabajó en vivienda con Malagón y era la que hacía todo el enlace con el Congreso. Ellas dos le hicieron una agenda bastante robusta con el Congreso, sobre todo con la Cámara”, dice.

Esos cambios, dice, le han servido para limar asperezas. Una persona que conoce su trabajo en el ministerio lo confirma: “Ha empezado a contestarle el teléfono a todos. Ha entendido la dinámica en el Congreso. Ella lo dice: su nueva oficina es la de David Racero. Desde hace dos semanas ha estado metida allá para hacer todas las reuniones con otros partidos”, dice.

Entre estas reuniones, Vélez estuvo con la bancada de mujeres liberales y asumió el compromiso de reunirse con la bancada caribe cada 15 días.

Hoy volverá a la Cámara a mostrar que ha estado escuchando al Congreso, y con una postura más conciliadora frente a la transición energética que la que llegó a defender hace tres meses. Al debate llegará a decir que se podrán reactivar actividades exploratorias en 32 contratos de exploración de hidrocarburos que estaban en estado suspendido, un punto en el que antes no había cedido.

Esto llega luego de reunirse el domingo pasado con Francisco Lloreda, el presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo, con quien estuvo hablando sobre la viabilidad de los contratos de exploración. Un cambio frente a la activista del inicio del gobierno, que revela el desarrollo de una política joven que entendió que luchaba por su supervivencia.

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