Desde el Ministerio de Hacienda han manifestado que se debe acabar con el ‘legado maldito’ del gobierno del expresidente Duque, en referencia a los subsidios en el precio del combustible, los cuales según dicen, se deben eliminar paulatinamente y aumentar su costo.
El actual gobierno considera que mantener los precios bajos de la gasolina y el diésel costará alrededor del 3% del producto interno bruto de este año, equivalente al presupuesto destinado al sector defensa.
Según José Roberto Acosta, director de Crédito Público, los subsidios a los combustibles no han permitido que las finanzas públicas hayan tenido un gran impulso en relación con el aumento en el precio del petróleo el presente año, por lo que el presidente Petro permitiría que los precios suban, para solucionar el problema,
“Hoy estamos viviendo fiscalmente sin ingresos petroleros. El dinero de la bonanza petrolera se ha ido a llenar los tanques de los autos en lugar de llenar las barrigas de los niños y los ancianos”, manifestó Acosta.
Según el alto funcionario, el Gobierno anterior acumuló grandes deudas con Ecopetrol al limitar el aumento de los combustibles, en su intención de mantener la tasa de inflación baja. Estas deudas aumentarían el déficit fiscal del Producto Interno Bruto (PIB) de este año, de un 5,6% a más del 8%.
El aumento del precio de los combustibles generaría un alza también en la inflación como ha ocurrido recientemente en algunos países de la región que han salido a protestar por esta razón.
Al eliminar los subsidios de los combustibles, el precio del galón de gasolina que actualmente cuesta alrededor de $9.000 en ciudades como Bogotá y cerca $10.000 en otras ciudades, podría quedar por encima de los $17.000.