El expresidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos dice que el sector petrolero colombiano, a pesar de los precios del crudo, sigue siendo competitivo.
Colombia, por supuesto, no es la excepción. A pesar de la preocupación de los analistas por las consecuencias que el hecho de que el precio siga bajando puede tener para la economía del país, el presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Javier Betancourt, da un parte de tranquilidad. Deja claro que el sector es competitivo y que decir que Colombia es un país “petroleodependiente” es una exageración.
Esto no es extraordinario. En el mundo del petróleo, lo extraordinario ha sido que los precios se mantengan en los niveles que estaban y la estabilidad tan marcada en los últimos tres años. Recuerden la cláusula de precios altos de la ANH, en virtud de la cual se aumenta la participación que tiene la entidad en la producción, a partir de cierto precio y cierta producción empezamos a recibir más. El precio que activaba la cláusula era US$42, lo que quiere decir que cuando se puso esta condición, hace 10 años, ese valor era altísimo. Hoy, con la caída de los precios, estamos muy por encima. A lo que me refiero es a que la volatilidad del precio no es algo extraordinario en esta industria, porque ha tenido la capacidad de adaptarse. Claro que preferiríamos que los precios estuvieran más altos para tener mayores ingresos.
Analistas dicen que la tendencia es que la recuperación del precio del petróleo no se dé a corto plazo, debido a la autosuficiencia petrolera de EE.UU.
El tema de la producción de EE.UU. ya estaba descontado. Lo que está variando es la relativa desaceleración de la economía china. La Eurozona tiene un desempeño menor a lo esperado, no sólo Italia y Francia, que no se han reactivado, sino que los resultados de Alemania no son tan buenos, además del aumento de la producción de Libia. Los estudios decían que para este año la demanda debía crecer alrededor de 1’500.000 barriles diarios y ha crecido a niveles de 700.000 barriles diarios. Y los saudís, que han sido reguladores y en este caso no han cerrado el grifo y han seguido produciendo y atacando el mercado de Oriente con precios agresivos, han influido en la caída del precio del crudo. Estamos esperando la reunión del jueves y eso nos va a dar certeza sobre cuál va a ser el futuro.
Está muy tranquilo.
Si uno mira los fundamentales a largo plazo, el precio del crudo va a aumentar porque el mundo no está demandando menos energía. Al contrario, el consumo aumentará porque hay más gente y el poder adquisitivo es mayor. Así será mientras no haya una energía alternativa que reemplace al crudo, pero en el corto y el mediano plazo vamos a sufrir por los precios bajos del petróleo.
Cualquier circunstancia que afecte la oferta llevaría a que el precio del crudo suba. La revolución de los no convencionales primero le dio a Estados Unidos gas y su economía se ha volcado hacia ese recurso. Ellos todavía son importadores netos de gas y eso no lo podemos olvidar. En la medida en que el crudo baje para ellos es mejor hasta el momento que se vuelvan exportadores netos. Lo cierto es que Colombia sigue siendo competitivo, así como nuestras operaciones y nuestras finanzas.
Los de este año no los metería porque falta para que empiecen a funcionar. No creo que quien tiene el dinero vaya a esperar hasta que suba el precio del crudo. Va a haber una restricción a la financiación; se hará difícil conseguirla, especialmente para las compañías de menor tamaño.
Confiamos en que somos competitivos incluso con estos precios. Es difícil de determinar, porque cada compañía tiene un precio distinto de operación para que su labor sea rentable. Lo importante es que en estos precios, y salvo una debacle, seguimos siendo rentables.
Confiamos en las señales del mercado, pero todavía es muy prematuro saberlo. Vamos a esperar que el mercado ponga un piso para empezar a pensar en eso. La volatilidad en los precios del crudo tiene muy poco tiempo. Desde el punto de vista de los proyectos de inversión estamos en el inicio. No hemos recibido ninguna alarma desde la industria. Les recuerdo que vivimos con precios del barril de US$20 y no por eso se dejó de ofrecer crudo al mundo, lo que pasa es que no se puede extraer todo lo que se quisiera porque no es rentable.
Buena parte de las ganancias del país provienen del petróleo, pero decir que sólo vivimos de ese recurso es una exageración. Queremos que el sector minero-energético sea lo más grande posible, pero queremos que la economía colombiana sea todavía más grande, precisamente para ser inmunes a la volatilidad en los precios del petróleo.
Debemos trabajar en la producción y en las reservas. En el corto plazo, el país tiene la posibilidad de llegar al millón de barriles o millón cien, pero necesitamos que las condiciones del entorno mejoren, el licenciamiento ambiental, las dificultades de seguridad que se presentan en algunas zonas del país y el mejoramiento de las relaciones con las comunidades. En la medida que mejoren estos tres factores, que afectan en el corto plazo, la producción aumentará. No hay forma de conseguir mayores reservas que explorando. La apuesta al futuro debe ser costa afuera y no convencionales.
Para duplicar las reservas o llegar a diez años de reservas hay que perforar 250 pozos anuales con los mismos niveles de éxito actuales.
Hoy tenemos compromisos petroleros por US$7.400 millones y debemos concretarlos.
Ecopetrol tiene 24 proyectos en trámite de 52 que conocemos para recuperación secundaria. La recuperación en Noruega es de 46% y ellos aspiran a llevarlo al 50%. Acá hay un promedio del 18% y podríamos subir cinco puntos, lo que significaría una gran adición para el país. Igual, no podemos descuidar la explotación convencional.
La regulación que se ha trabajado en Colombia para este proceso es de punta en el mundo. Nadie la tiene. Es una aplicación clara del principio de prevención y en los casos de que haya desconocimiento se aplica un principio de precaución. Tenemos grandes posibilidades en la formación La Luna, en el Magdalena Medio. Las empresas que están autorizadas para explorar y desarrollar no convencionales son Ecopetrol y Exxon Mobil. Hay interés de compañías como Shell, que nos puede garantizar actividades con los mejores estándares. La importancia de este proceso es que le ha cambiado la vida a Estados Unidos. Se estima que la mitad del crecimiento del PIB se debe a los no convencionales.
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